Tuesday, May 15, 2007

Juan Godoy - Chile - MELANIA EN EL PAÍS DE LOS SUEÑOS

Era una niña chilena, tenía formados callos en sus codos, no estudiaba, plácida dormía constantemente en el banco de la escuela, era cómico, reía soñando mientras comentaban ”Melania en el país de los sueños”.
En todo caso, tenía esa magia de vivir en sueños. Sucedía que le faltaba algo: la realidad. La realidad la usaba para llegar al colegio, cruzar la ciudad en locomoción colectiva, mirar desde su ventana las vitrinas, para luego soñar que compraba de todo, que iba vistiéndose como sus actrices preferidas o generosa, regalaba tiendas completas a los pobres, comentaba que se emocionaba y lloraba en el micro mientras las ofrecía. Por otro lado la falta de realidad la mataba. Por causa de ello, Melania no podía estudiar como siempre fue el deseo de su viuda madre. Una tarde Melania no llegó a su casa. En la radio se habló mucho de su desaparición, pero fue inútil. Pasado más de dos meses, se la encontró en el cerro San Cristóbal dormida, sin vida, abrazaba a una valla publicitaria que informaba del estreno de un film. En la carátula del cartel aparecía el alba en una luna envuelta de colores anaranjados y violetas. Nadie supo en qué forma murió, solamente se dijo que había matado la realidad y ésta la había asesinado.
En su funeral, cargado de emociones y duelo casi nacional, la gente aplaudió o gritó llena de histeria.
No entendían que Melania, en ese momento, estaba siendo lo que siempre quiso ser: una actriz; y en las calles, camino al cementerio, los que la conocieron comentaban ”Soñó siempre, parecía tan real verla tomar el micro hacia su escuela.” Melania dejó de soñar que era Melania. Fue el mismo momento que entraba a su sepultura cuando enterró su realidad, la gente tiraba arenilla a su tumba en señal de despedida y esa tarde ocurrió que su tumba fue sellada de gloria, pero sucedió que jamás concibió que fuera la realidad quien, grano a grano, la sepultara a ella.

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MELANIE IM LAND DER TRÄUME

Sie war ein chilenisches Mädchen mit Schwielen auf den Ellbogen, da sie anstatt zu lernen, friedlich auf der Schulbank döste. Es war lustig, wie sie im Traum lachte, während die anderen sagten: „Melanie im Land der Träume“.
Sie besaß die Magie, in Träumen zu leben, doch ihr fehlt etwas: die Wirklichkeit. Die Wirklichkeit diente ihr dazu, in die Schule zu fahren, mit dem Bus die Stadt zu durchqueren, die Auslagen anzustarren, um dann zu träumen, was sie alles kaufen würde, um sich wie ihre Lieblingsschau-spielerinnen zu kleiden, oder um großzügig ganze Geschäfte voll an die Armen zu verschenken. Sie erzählte, wie sie im Kleinbus vor Rührung weinte, wenn sie dies tat. Andererseits war dieser Mangel an Realität ihr Verhängnis. Melanie konnte deswegen nicht studieren, wie ihre verwitwete Mutter es sich immer gewünscht hatte. Eines Tages kam Melanie nicht nach Hause. Im Radio war ihr Verschwinden ein großes Thema, doch alles war vergeblich.
Zwei Monate später fand man sie auf dem Cerro San Cristóbal, wie im Schlaf, leblos, an eine Plakatwand geschmiegt, auf der eine Filmpremiere angekündigt wurde. Auf dem Plakat war der Mond vor einer orange und violett flammenden Morgendämmerung zu sehen. Wie sie starb, konnte keiner sagen, es wurde aber gemunkelt, dass das Mädchen die Wirklichkeit getötet und diese sich dafür an ihr gerächt hätte.
Bei ihrem erschütternden Begräbnis, das fast zum Staatsakt wurde, applaudierten und schrien die Leute hysterisch.
Sie verstanden nicht, dass Melanie in diesem Augenblick war, was sie immer sein wollte: eine Schauspielerin. Auf dem Weg zum Friedhof kommentierten jene, die sie gekannt hatten: „Immer hatte sie geträumt, und doch sah sie so real aus, wenn sie den Kleinbus zur Schule bestieg.“ Melanie träumte nicht mehr, dass sie Melanie war. Als sie ins Grab gesenkt wurde und ihre Wirklichkeit begrub, streuten ihr die Leute Sand zum Zeichen des Abschieds und so wurde an jenem Nachmittag ihr Grab mit Glanz und Glorie versiegelt, doch in Wahrheit erkannte niemand, dass es die Wirklichkeit war, die das Mädchen Sandkorn für Sandkorn begrub.

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